Por favor, use este identificador para citar o enlazar este ítem: https://hdl.handle.net/20.500.12921/108
Título : El cultivo de la gamitana en Latinoamérica
Autor : Campos Baca, Luis
Palabras clave : Colossoma macropomum
Piaractus brachypomus
Alimentación de peces
Piscicultura
Characidae
Peces de agua dulce
Alevines
Fecha de publicación : sep-2015
Editorial : Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana
Resumen : La gamitana (Colossoma macropomum) es considerado el carácido más grande de la Amazonía. Algunos estudios detallados de la dieta de los individuos juveniles de esta especie revelan que, en sus fases iniciales, se alimentan mayormente de zooplancton, frutas y semillas. En estado adulto se alimentan también de zooplancton, especialmente en época de vaciante, cuando están aisladas del bosque. Las gamitanas juveniles consumen grandes cantidades de frutas y semillas durante el periodo en el que las aguas de los ríos y cochas de la Amazonía alcanzan su nivel más elevado, época en la que este tipo de alimento abunda en la floresta inundada. Numerosos filamentos branquiales y una serie de dientes molariformes permiten a los peces jóvenes aprovechar estos dos tipos de alimento, que individualmente o de manera combinada, son relativamente abundantes a lo largo del año. La especie desova en la boca de los ríos, en las zonas donde se mezclan las aguas negras provenientes de los lagos o cochas típicamente amazónicas y las aguas blancas del río Ucayali. Se realiza cuando sube el nivel del agua y los huevos fertilizados, así como las larvas recién eclosionadas, son arrastradas por varios días antes que las post-larvas encuentren el lugar adecuado para su alimentación y supervivencia. A pesar de que la gamitana no ha podido ser reproducida aún de forma natural, existen innumerables reportes, provenientes de Brasil, Colombia, Venezuela, Panamá y Perú, sobre los logros alcanzados con su reproducción inducida, utilizando la glándula de hipófisis extraída de Cyprinus carpoi, Prochilodus ceaerensis, Colossoma macropomum y, con menor frecuencia, de Arapaima gigas, Serrasalmus sp y Milossoma sp. Se han logrado resultados positivos combinando extractos de hipófisis de las especies indicadas y la hormona sintética humana pregnil (Gonadotropina Coriónica Humana-GCH). Los logros obtenidos con el uso de la GCH, de igual manera que los obtenidos con el uso análogo de la LH-RH, han sido también convenientemente reportados. Las dosis utilizadas son variables. Los huevos son fertilizados por el método seco. Una hembra desova un promedio de 66 000 óvulos/Kg de peso corporal. El tiempo de incubación, a una temperatura entre 26 y 29 °C, se fija entre 17 a 23 horas; las temperaturas menores a 25° y mayores a 30 °C inhiben el desarrollo embrionario y pueden ser letales. Los huevos semipelágicos se desarrollan con mucho éxito en una incubadora de Woynarovich. El estado de la larva con saco vitelino demora entre 4 y 5 días y su primera alimentación se produce 5 días después de la eclosión de los huevos. Es posible desarrollar larvas de gamitana con dietas de macroencapsulados de huevos de gallina, así como zooplancton filtrado en mallas de 150-200 micrómetros, o en estanques preparados previa fertilización de los mismos. Las investigaciones fisiológicas relacionadas a los requerimientos nutricionales (dietas) de esta especie, se han limitado mayormente a las necesidades básicas de proteína. Los reportes indican que la cantidad de proteínas totales requeridas para los dos primeros meses de cultivo, oscila entre el 28 y el 30%. La mejor digestibilidad en peces juveniles se logra cuando el alimento contiene de 18 a 22 % de proteína. En los cinco países donde esta especie se ha cultivado, se dispone de información sobre los logros obtenidos en cultivos extensivos, monocultivos semi-intensivos y policultivos, así como aquellos logros obtenidos en los cultivos realizados en jaulas. En general, la gamitana requiere aproximadamente de 10 a 12 meses de cultivo para alcanzar 2 un tamaño de 0,8 a 1,2 kilogramos de peso, a una densidad de 1 kg/m . En Latinoamérica, se han desarrollado diferentes experiencias exitosas de monocultivo en estanques (Brasil, Venezuela, Colombia, Panamá y Perú). Las densidades de carga reportadas van desde 1 180 hasta 10 000 peces por hectárea. La máxima producción reportada es de 10 931 Kg/ha/año. Se ha obtenido un buen promedio con densidades de 5 000 y 10 000 peces/ha. La producción está entre 1,7 a 10,9 toneladas/ha/año y el incremento de peso diario ha variado de 1,5 a 4 g/día. Los cultivos mixtos con Proquilodus ceaerensis e híbridos de tilapia fueron desarrollados a una densidad combinada de 10 000 peces/ha; se logró una producción máxima que alcanzó los 11 682 Kg/ha/año y el crecimiento individual de la gamitana no fue diferente al logrado en las experiencias desarrolladas con monocultivo. La gamitana presenta excelentes condiciones para ser utilizada en acuicultura. La alta calidad de su carne asegura su demanda en el mercado con un precio atractivo. No obstante, consideramos que son necesarias más investigaciones en el campo de su reproducción y nutrición, sobre todo si queremos convertir al cultivo de la gamitana en una de las industrias más importantes de Latinoamérica.
URI : https://hdl.handle.net/20.500.12921/108
ISBN : 9789972667954
Aparece en las colecciones: Libros y capítulos de libros

Ficheros en este ítem:
Fichero Descripción Tamaño Formato  
Campos_2015.pdf3,36 MBAdobe PDFVista previa
Visualizar/Abrir
Compartir :


Este ítem está sujeto a una licencia Creative Commons Licencia Creative Commons Creative Commons

Herramientas de Administrador